Prohiben a organismos del Gobierno hacer regalos durante las navidades | |||
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Ministerio de Administración Pública ordenó a los entes y órganos del Gobierno abstenerse de comprar bonos, canastas y artículos navideños con fines de obsequio al personal y relacionados, durante el presente año 2020. En una resolución dada a conocer este miércoles en la tarde, señala que la medida es una forma de mitigar los "efectos presupuestarios". Agrega que esta disposición es de carácter general, por lo que las excepciones sólo podrán ser autorizadas por el presidente de la República. Indica que para tomarla ha tomado en cuenta la continuidad de la emergencia sanitaria y los efectos de la pandemia COVID-19 sobra nuestro país. Señala que la Dirección General de Compras y Contrataciones debe velar por el cumplimiento de esta disposición. Queda aprobada nueva extensión del estado emergencia en R. DominicanaSanto Domingo,.- Quedó definitivamente aprobada este miércoles la extensión del estado de emergencia por otros 45 días, como solicitó el presidente Luis Abinader, para seguir enfrentando la pandemia de COVID-19. La resolución fue analizada y sancionada por el Senado, horas después de que también lo hicier a la Cámara de Diputados. En esta oportunidad la medida de excepción se mantendrá hasta el 4 de diciembre. El país está en estado de emergencia desde el 20 de julio, cuando se recuperó esta medida debido al incremento de contagios de COVID-19 tras el proceso de reapertura de la economía iniciada a finales de mayo. Al solicitar la extensión del estado de emergencia, Abinader argumentó que «todavía es necesario mantener algunas de estas (medidas) para lograr una reapertura social y económica segura». De esa forma «se evitaría tener que retomar medidas más severas» y, cuando las circunstancias lo permitan, «se podrían flexibilizar las medidas de distanciamiento social». República Dominicana registró en las últimas 24 horas 654 nuevos contagios del coronavirus, para un total de 119,662 casos acumulados y otros tres nuevos fallecimientos, con lo que suman 2,186 defunciones desde la llegada de la pandemia el pasado marzo. Fuente EFE Sangre tipo O podría ofrecer cierta protección contra la infección por covidLas personas con el tipo de sangre O pueden tener un menor riesgo de infección por COVID-19. La susceptibilidad a una infección por COVID-19 puede variar según el grupo sanguíneo: las personas con tipo O pueden tener el menor riesgo, mientras que aquellas con A y AB podrían presentar mayor riesgo de cuadros clínicos severos. Estas son dos conclusiones de sendos trabajos publicados en la revista Blood Advances; no es la primera vez que un estudio vincula estos grupos sanguíneos con una mayor o menor vulnerabilidad al contagio y una mejor o peor evolución de la enfermedad. En junio pasado, un artículo publicado en New England Journal of Medicine señalaba que los genes pueden determinar que algunas personas desarrollen formas graves de covid y que tener sangre tipo A se asociaba a un 50 % más de riesgo de necesidad de apoyo respiratorio, mientras que el grupo O confería "efecto protector". Ahora, en una de las investigaciones publicadas, se sugiere que las personas con el tipo de sangre O pueden tener un menor riesgo de infección por COVID-19 y, de contraer la enfermedad, una menor probabilidad de resultados graves, incluyendo complicaciones en los órganos, según una nota de la Sociedad Americana de Hematología. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores compararon los datos del registro sanitario danés de más de 473,000 personas a las que se les hizo la prueba de COVID-19 con los datos de un grupo control de más de 2,2 millones de individuos de la población general. Entre los que dieron positivo en la prueba de COVID-19, encontraron menos personas con el tipo de sangre O y más personas con los tipos A, B y AB; los investigadores no encontraron ninguna diferencia significativa en la tasa de infección entre los tipos A, B y AB. En otro estudio también retrospectivo, los científicos constataron que las personas con grupos sanguíneos A o AB parecen mostrar una mayor gravedad de la enfermedad que las personas con grupos sanguíneos O o B. En este caso, para llegar a estos resultados, los investigadores examinaron los datos de 95 pacientes críticamente enfermos con COVID-19 hospitalizados en Vancouver, Canadá. Así, encontraron que aquellos con grupos sanguíneos A o AB eran más propensos a requerir ventilación mecánica, lo que sugiere que tenían mayores tasas de lesiones pulmonares por COVID-19. También observaron que más pacientes con grupos sanguíneos A y AB requerían diálisis para la insuficiencia renal. En conjunto, estos hallazgos sugieren que los pacientes de estos dos grupos sanguíneos pueden tener un mayor riesgo de disfunción o insuficiencia orgánica debido a COVID-19 que las personas con los tipos sanguíneos O o B, resumen los autores. Aunque estos trabajos añaden pruebas de una asociación entre tipo de sangre y vulnerabilidad al COVID-19, se necesitan más investigaciones para comprender mejor por qué y qué significa para los pacientes, afirman los científicos del Hospital Universitario de Odense (Dinamarca) y de la Universidad de Columbia Británica (Canadá). SANTO DOMINGO.- Una comisión especial del Senado acordó invitar al Contralor General de la República, Luis Rafael Delgado Sánchez, para que explique ante esta entidad las informaciones que este organismo oficial ya tiene recopiladas sobre la «situación administrativa» de los ministerios del Gobierno. "Este país necesita conocer todo lo que ha pasado durante las últimas administraciones; el pueblo necesita que no haya más borrón y cuenta nueva", dijo el presidente de dicha comisión, Antonio Taveras Guzmán, senador de la provincia de Santo Domingo por el Partido Revolucionario Moderno (PRM). Esta comisión especial fue formada por el Senado durante una sesión el 23 de septiembre último con el fin de que recopile información sobre la situación de los ministerios hasta el 16 de agosto. Además de Taveras Guzmán integran este grupo los senadores Lenin Valdez (Monte Plata), Franklin Rodríguez (San Cristóbal) y Pedro Catrain (Samaná). No se especificó cuándo será la comparescencia del Contralor General de la República- Luis Rafael Delgado Sánchez, contralor general de la República Dominicana. La "sopita" y su vínculo con el llamado "enemigo silencioso"Según expresa la doctora y docente universitaria, Francini Placencia, en su artículo "La dañina cultura de la sopita", el inconveniente que tienen estos productos está relacionado a la cantidad de sal que se les agregaSANTO DOMINGO, República Dominicana.- La sopita forma parte de la consciencia gastronómica de nuestro país: se usa en locrios, moros, espaguetis, caldos, habichuelas guisadas, revoltillos y en muchas otras comidas. Además de ser uno de los condimentos más demandados, es añorada por los hijos y las hijas de esta tierra cuando emigran, como lo reveló la "Investigación de mercados de productos nostálgicos para la comunidad dominicana en los Estados Unidos", realizada a finales de 2010 por la Dirección de Comercio Exterior del Ministerio de Industria y Comercio. Si la sopita es parte de la cultura dominicana, ¿por qué no dejarla tranquila —se preguntarán ustedes— para que siga esparciendo su toque casi mágico de sabor a los platos a los que se añade y prodigando a las "tres calientes" el gustico al que nos tiene acostumbrados? Según expresa la doctora y docente universitaria, Francini Placencia, en su artículo La dañina cultura de la sopita,el inconveniente que tienen estos productos está relacionado a la cantidad de sal que se les agrega. En el documento - del que se desprende la introducción de esta nota -, Placencia destaca que la sal es un mineral formado por los elementos químicos sodio y cloruro, siendo el primero el componente "problemático". En ese orden, sostiene que "a pesar de ser fundamental para la transmisión del impulso nervioso, la contracción muscular y para la absorción de nutrientes a través de las membranas celulares, entre otras funciones, su ingesta elevada tiene una relación causal con la hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular". A continuación, el artículo íntegro de Francini Placencia: La dañina cultura de la sopita Por Francini Placencia Si bien su origen como método de conservación de alimentos se remonta al siglo XVIII, el caldito de pollo, mejor conocido como sopita, llegó al país en los albores de los cincuenta con la exótica denominación de "chicken bouillon" impresa en la etiqueta. Con el paso del tiempo, esta forma deshidratada y concentrada de caldo de carne y verduras se adueñaría de las cocinas dominicanas con tal fuerza que muchas amas de casa creen, a pie juntillas, que sin sopita no se puede cocinar. El convencimiento colectivo de que un pequeño ortoedro es reservorio del gusto y summum del sabor de la comida criolla no es casual: es consecuencia de intensas campañas publicitarias, tan agresivas, que la introducción, hace unos años, de marcas que hicieron competencia a las que durante décadas dominaron el mercado en diferentes países de Latinoamérica devino en la llamada "guerra de las sopitas", pugna comercial entre las empresas que buscaban repartirse un pastel de grandes dimensiones. El informe "La calidad de la dieta en República Dominicana", realizado por el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) y la USAID en el 2013 a partir de la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH) de 2007, determinó que el caldo de pollo estaba disponible en el 60% o más de los hogares, sobre todo en los de las regiones sur y este y en los de nivel socioeconómico bajo y medio. Como esta clase de estudio emplea la disponibilidad de los alimentos como aproximación al consumo, los resultados obtenidos apuntan a que en ese momento en más de la mitad de los hogares se cocinaba con sopita. Para la actualización del comportamiento poblacional en torno a las sopitas será necesario esperar la explotación de la base de datos de la ENIGH (o ENGIH) 2018, investigación recientemente publicada por el Banco Central; no obstante, si se considera que, según el documento "Aprendiendo a enfermar" (Justicia Alimentaria, 2019), en el país la venta de alimentos ultraprocesados creció 35% en el periodo 2000-2013 y que, según pesquisas de mercado, el segmento de sazonadores y aderezos es uno de los que ha experimentado mayor expansión, podría hipotetizarse que hoy son consumidas en más del 75% de los hogares dominicanos. En línea con esta estimación, la información provista por las propias empresas fabricantes indica que República Dominicana es uno de los países con mayor consumo de sopitas por persona. De acuerdo con un artículo publicado en 2015 en el periódico El Dinero, ocupamos el segundo lugar —solo nos superan algunas naciones africanas—, con una utilización de 6000 toneladas por año. Se calcula que el valor del mercado del caldo de pollo en la isla de Santo Domingo ascienda a 100 millones de dólares anuales. Estas cifras explican por qué los estrategas de la publicidad renuevan, periódicamente, el producto. Así, y para mantener al consumidor entusiasmado, le ofrecen una paleta en la que cada gusto encuentra un tipo de sopita para satisfacer al paladar: de pollo, gallina, res, cerdo (chuleta o costilla), pescado y hasta de camarones; una variedad tiene tomate y otra está revestida de verduras. Algunas vienen en polvo o combinadas con otros condimentos como achiote (bija) o cilantro. Las hay con un toque de picante y casi todas se esfuerzan en demostrar que la tableta se disuelve con facilidad — y, por tanto, no se queda pegada a los dedos—, evidencia de su bajo contenido de grasa. En fin, que las sopitas han mostrado tal capacidad de reinvención que, de seguro, no habrá que esperar mucho para que los creativos de la industria de comestibles ideen su próximo avatar. Sodio, sopita y enfermedades cardiovasculares La sopita forma parte de la consciencia gastronómica de nuestro país: se usa en locrios, moros, espaguetis, caldos, habichuelas guisadas, revoltillos y en muchas otras comidas. Además de ser uno de los condimentos más demandados, es añorada por los hijos y las hijas de esta tierra cuando emigran, como lo reveló la "Investigación de mercados de productos nostálgicos para la comunidad dominicana en los Estados Unidos", realizada a finales de 2010 por la Dirección de Comercio Exterior del Ministerio de Industria y Comercio. Si la sopita es parte de la cultura dominicana, ¿por qué no dejarla tranquila —se preguntarán ustedes— para que siga esparciendo su toque casi mágico de sabor a los platos a los que se añade y prodigando a las "tres calientes" el gustico al que nos tiene acostumbrados? El inconveniente es la cantidad de sal que se le agrega, incluso a aquellas cuyos fabricantes pregonan que contienen ese compuesto "en punto". La sal es un mineral formado por los elementos químicos sodio y cloruro. El componente problemático es el sodio: a pesar de ser fundamental para la transmisión del impulso nervioso, la contracción muscular y para la absorción de nutrientes a través de las membranas celulares, entre otras funciones, su ingesta elevada tiene una relación causal con la hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
Para disminuir la tensión arterial y, por consiguiente, la posibilidad de padecer una enfermedad coronaria y de sufrir un accidente cerebrovascular o un infarto agudo de miocardio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda firmemente reducir el consumo de sodio a menos de dos gramos por día, lo que equivale a ingerir diariamente menos de cinco gramos de sal. En nuestro país la dieta diaria duplica esa cantidad. Y es que, según datos del INCAP, contenidos en una nota técnica publicada en 2018, en Centroamérica y República Dominicana el per cápita de ingesta de sal es mayor a 10 gramos por día. Dado este consumo excesivo de sal y su vínculo con el llamado "enemigo silencioso", no es de extrañar que el "Estudio factores de riesgo cardiovascular y síndrome metabólico en la República Dominicana" (EFRICARD II), llevado a cabo en 2011 por el Instituto Dominicano de Cardiología y publicado al año siguiente, haya arrojado que el 35%, es decir, más de la tercera parte, de la población dominicana padece de hipertensión arterial. Tampoco debe sorprender que el 32% de las defunciones registradas en el país (Indicadores básicos de salud, 2016) se deba a enfermedades del sistema circulatorio ni que en el 37% de las autopsias realizadas el periodo 2012-2014 por el Instituto Nacional de Patología Dr. Sergio Sarita Valdez se haya determinado que la causa de muerte fue cardiopatía isquémica o patologías de las arterias coronarias y cerebrales. En el perjudicial vínculo entre la hipertensión arterial y el sodio, la sopita es una variable potenciadora. Un análisis de las etiquetas de las principales marcas que se expenden en colmados y supermercados en República Dominicana revela (ver cuadro) que una porción, equivalente a un cuarto de tableta, contiene alrededor del 25% de la cantidad de sodio recomendada por la OMS. Esto significa que una sola tableta de sopita aporta todo el sodio que una persona necesita en un día. Todas las marcas tienen por lo menos una variedad que supera los dos gramos. Contenido de sodio declarado en la etiqueta de tres de las marcasde sopita que se venden en República Dominicana y comparación con valores diarios recomendados por la OMS Considerando que los alimentos naturales contienen sal, y todavía más los procesados, a los que se añade para aumentar su duración y palatabilidad, en los hogares en los que se cocina con sopita los miembros de la familia reciben una carga de sodio que excede, por mucho, la cantidad requerida para satisfacer las necesidades fisiológicas, y que les enferma. En cuanto a la composición de la sopita, si bien la sal constituye el 60%, aproximadamente, de su peso, y los fabricantes se empeñan en resaltar que les adicionan elementos naturales, su fórmula incluye sustancias químicas; entre estas: anticompactantes, como el dióxido de silicio, y acentuadores de sabor, sobre todo glutamato monosódico, levadura, ácido cítrico, inosinato y guanilato de sodio. Además, maltodextrina y sabores artificiales. Unas contienen cúrcuma y bija, pigmentos procedentes de plantas que confieren a las sopitas su color característico; sin embargo, también tienen componentes sintéticos, como el rojo 40, el caramelo clase IV y el amarillo anaranjado y el 6. La tartrazina o amarillo 5, controvertido colorante vinculado a alergias en personas hipersensibles a la aspirina, está consignado en el empaque de una de las marcas líderes. Cabe señalar que a pesar de que su nombre original es caldo de pollo, y que en un inicio tenían una alto contenido de carne, en las sopitas que se comercializan en la actualidad la proporción de ese alimento es ínfima, representando, en la mayoría, menos del uno por ciento de la porción. Otros ingredientes que las constituyen son harina de arroz, almidón de maíz o de papa, azúcar, especias deshidratadas y cisteína. También grasas, una parte hidrogenadas o trans. Medidas para disminuir el consumo de sal La OMS y las asociaciones de cardiología concuerdan en que la reducción del consumo de sal y sodio es una de las intervenciones más costo eficaces para prevenir la hipertensión arterial y para evitar muertes: anualmente habría cuatro millones de defunciones menos si la ingesta de sal en el mundo se redujera al nivel recomendado (OMS con base en Global Burden of Disease Study 2015). Extrapolando ese número a nuestro país, cada año se prevendría la muerte de cinco mil personas, aproximadamente. ¡Si con pocos recursos se logra una significativa disminución del riesgo, es imperativo tomar acción! Intervenciones que competen a las instituciones estatales son la regulación de los productos alimenticios para que contengan menos sodio; la instauración del etiquetado frontal de los envases para que los consumidores puedan leer y comprender con facilidad la cantidad de sodio y de otros nutrientes que aportan, así como la realización de campañas en los medios de comunicación y en las redes sociales con el objetivo de concienciar sobre los peligros del consumo exagerado de sal. Si el médico hace una recomendación, por tratarse de una figura de autoridad, la probabilidad de que el paciente la acoja es alta; mucho más que cuando una persona de su entorno, como un familiar o un amigo, es quien le aconseja. Por tanto, los prestadores de servicios de salud propiciarían el cambio conductual si en sus orientaciones a los usuarios enfatizan el perjuicio que ocasiona ingerir sal en exceso y los beneficios que una dieta baja en sodio otorga a la salud. Para hacer frente a los calditos de pollo, la familia y los individuos debemos permitir que las hortalizas y las especias se adueñen de los calderos y las sartenes y pongan el gusto en las comidas. ¡Promovamos la cultura de lo fresco y sazonemos los alimentos con el ajo, la cebolla, el cilantro, el ají, el pimiento, el apio, el tomate, la bija y el orégano cultivados en el campo dominicano. No perdamos de vista que en la guerra de las sopitas la salud de la familia dominicana es la que sale perdiendo y que sacrificar el disfrute del sabor salado redunda en bienestar y calidad de vida. Francini Placencia es médica salubrista y docente universitaria. Sorteo Noche: 14 de Octubre del 2020.
Trump vs Biden: ¿quiénes definen realmente el resultado de las elecciones en Estados Unidos?Si nos guiamos por la historia reciente de Estados Unidos, menos de la mitad de la población acudirá a las urnas el próximo 3 de noviembre.Pero incluso solo una ínfima parte de estos votantes será realmente determinante a la hora de definir quién será el próximo presidente de Estados Unidos. En esta reñida campaña electoral, el actual presidente del partido republicano Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden ponen particulares esfuerzos en los 7 estados péndulo que pueden inclinar la balanza hacia uno y otro lado. Muere niña herida en incendio en planta de gas de Santiago y suben a diez los fallecidosCon el deceso de la niña Grismelda Padilla, de 12 años, se elevó a 10 el número de fallecidos en la comunidad de Limonal Arriba del municipio de Licey al Medio, en Santiago, por el incendio de la planta de gas licuado de petróleo Coopegas, ocurrido a principio de este mes. La dirección del hospital infantil regional universitario Doctor Arturo Grullón reportó el fallecimiento de la menor. La jovencita presentaba quemaduras en el 65 por ciento de su masa corporal. Otros sobrevivientes Una niña de un año y nueve meses de nacida y un niño de 12, también afectados por el incendio de Coopegas, permanecen ingresados en el hospital Arturo Grullón. Además de Grismelda Padilla, de 12 años, cuyo deceso se informó hoy, los otros dos menores han fallecidos son Braylin Ulloa, fenecido el mismo día del incendio, y Grisell de los Santos Padilla, de 15 años, quien pereció cinco días después. te puede interesar La doctora Renata Quintana, directora de la Unidad de Quemados Thelma Rosario, del hospital, informaba ayer que ambos presentan mejoría en sus estados de salud. Otro de los sobrevivientes es Jesús Ulloa Gavino, de 23 años, quien se encuentra ingresado en el hospital Cabral y Báez, también de Santiago. Su condición es estable, pero no es trasladado al área de quemados del Ney Arias Lora, en Santo Domingo, porque se cree que no resistiría el viaje. | |||
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jueves, 15 de octubre de 2020
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