Luego de primeros 100 días de gobierno, ir y venir de personas se reduce al mínimo en el Palacio En las primeras semanas del presidente Luis Abinader asumir la administración estatal, el flujo de personas en los pasillos del Palacio Nacional era casi similar a una plaza comercial del Distrito Nacional. Los funcionarios palaciegos desfilaban y presumían el sabor a triunfo, tras destronar al partido morado, quien lo ocupó durante 16 años. Los visitantes que llegaban con carpetas en manos para gestionar favores aprovechan y se tomaban selfies en los pintorescos pasillos del edificio inaugurado en 1947. Una de las que más pasillaba era la vicepresidencia Raquel Peña, puesto que su despacho está en el lado opuesto al del presidente y demás altos funcionarios. Todavía transita, pero con menos frecuencia. De igual manera, la primera dama Raquel Arbaje, quien también se veía de un lado a otro, ahora se ha centrado en la oficina que habilitó en el tercer piso. Pero transcurrido los primeros 100 días de Gobierno, el edificio gubernamental inaugurado en 1947, la circulación de funcionarios y personas ha sido mínimo. Y cuando el presidente Abinader está para el interior del país el lugar luce casi desolado. —Pedro Martín Sánchez |
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